Libro y obra literaria no se identifican, pues la literatura
es mucho más antigua de lo que lo son los libros, que surgen en el siglo XV con
la imprenta. Los libros publican muchas obras que no son literarias, y también
hay mucha literatura que no se publica en libros, especialmente en la
actualidad, donde la literatura se decanta por otros medios como pueden ser los
blogs.
Durante siglos, el término ‘literatura’ se refería a todos
los textos escritos, por lo que hay que tener en cuenta sus variaciones de significado
a lo largo del tiempo, hasta el punto de que la literatura puede no ser
escrita, sino que puede aparecer en canciones, recitaciones, etcétera. Por otra
parte, las obras literarias tienen una extensión indeterminada, muy variable.
Por lo tanto, en un libro puede haber una o más obras literarias.

La labor fundamental del editor es la revisión, adaptación y
corrección ortográfica y tipográfica, es
decir, la regularización según las normas de la publicación de que se trate. Su
labor es importante en todo tipo de textos, pero sobre todo en los literarios,
con el fin de que el lector pueda entrar de lleno en ellos y para que su
lectura no se interrumpa con erratas o excesivas notas en el pie de página. Además,
el receptor de la obra ya está familiarizado con unas normas tipográficas que le
facilitan la lectura. La figura del editor da confianza al lector, pues en la
actualidad muchos libros son editados por empresas que se encargan de la
maquetación del libro, pero el hecho de no haber un intermediario hace que el
resultado no sea el mismo, y el lector lo sabe. El editor, pues, se encarga de
los paratextos. Hay cuatro tipos de ediciones:
·
Edición facsímil. Es una copia de una edición
concreta de la obra, incluidos sus aspectos formales, es decir, no reproduce
solo el texto sino la edición completa. Es valioso por el objeto en sí, por sus
ilustraciones, grabados o tipografía, y también como objeto de estudio, ya que
si quedan pocos ejemplares de una edición, de este modo se reproducen más. Este
tipo de edición, cuya realización muy
costosa, ahora se ha vulgarizado debido a los medios digitales.
·
Edición paleográfica. Consiste en la
transcripción de escrituras antiguas y de todos los datos del documento
original. Son propias de otras épocas.
·
Edición crítica. Es una reconstrucción más o
menos aproximada del texto original del autor a partir de muchas ediciones
manuscritas. Suelen aparecer muchas notas, que deben ir al final del libro y no
a pie de página, donde también se incluyen datos de otras variantes de la obra.
·
Edición anotada. Este tipo de edición incluye notas
a pie de página para explicar algún aspecto determinado del texto. Estas notas
deben ser las imprescindibles, para interrumpir lo menos posible la lectura. El
objetivo con que se añaden las notas es que el lector pueda entender el texto
como lo entendían los contemporáneos del lector. Cuanto más antiguo es el texto,
más difieren las referencias y más necesarias son las notas. Las notas pueden
ser de varios tipos: lingüísticas, si se tratan de textos medievales en los que
aparecen palabras que han evolucionado o cambiado su significado; culturales,
si hay que aclarar alguna referencia al contexto, y para niños, sobre todo en
las obras adaptadas a público infantil.
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