sábado, 25 de octubre de 2014

Los elementos fundamentales del libro

Un libro bien editado tiene que constar de unas partes con las que el lector ya está familiarizado, que le facilitan la identificación y la lectura del texto y cuya aparición son señal de confianza y calidad. Las partes son las siguientes:
·         La cubierta. Está impresa en un material diferente, y puede tener una sobrecubierta que a veces lleva las ilustraciones. En la cubierta tiene que aparecer el título, el nombre del autor y el logo de la editorial. Este sello es importante, pues indica que el libro es una parte de una gran colección. Este elemento sirve para llamar la atención y, en cierto modo, es un elemento publicitario, pues se destaca lo que más interesa, ya sea el nombre del autor o de la obra. Además, puede llevar una faja, donde se indican otros datos de interés para el lector.
·         La contracubierta. Puede llevar un texto que publicite el libro, pues este producto necesita publicitarse a sí mismo. Un mismo autor tiene muchos libros, de manera que no podría haber una campaña publicitaria para cada uno de ellos.
·         La solapa. Es la parte de la portada que se dobla y donde se recoge un texto que explica la obra, aunque ahora esto es más común en la contraportada. Es una especie de texto publicitario en el que se informa y se destacan los aspectos más llamativos e incluso una breve referencia al autor. Este texto es responsabilidad del editor, aunque haya sido escrito por otra persona.
·         En el interior, un libro bien editado siempre constará de dos páginas en blanco, llamadas páginas de cortesía. A continuación está la portadilla, que muestra el título del libro, la cuarta página está en blanco, y la quinta es la portada, donde están los datos fundamentales que componen la ficha bibliográfica: el nombre del autor, el título, el nombre del traductor (si la obra ha sido traducida) y el logotipo de la editorial. En el reverso de la portada encontramos los títulos de crédito, la información legal, los responsables de la ilustración y la fotografía, el número de edición y sobre todo el ISBN, número internacional para vender libros, y el depósito legal, que permite saber cuántos libros se publican cada año. Al final del libro, anteriormente, también había un colofón, situado en página impar, con la fecha concreta en que se imprimió.

·         El índice puede aparecer al principio o al final. Según la tradición española, los índices van al final; aunque ahora la posición es indistinta. Al principio, se pone el sumario y, al final, el índice detallado, los índices de ilustraciones y onomásticos, que son una herramienta imprescindible para saber si una obra contiene lo que buscamos.  

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