lunes, 6 de octubre de 2014

El sueño de Maiakovski


El poema Sueño de Maiakovski , de Juan Bonilla, reflexiona sobre cómo se ha hecho realidad el sueño del gran poeta de la revolución rusa e iniciador del futurismo, Vladimir Maiakovski, pero tal vez en una dirección diferente a la que él habría querido: no es exactamente poesía lo que encontramos en las calles, sino eslóganes publicitarios.
La primera parte del poema aborda el pasado, la concepción que Maiakovski tenía de la poesía: los textos poéticos deben escupir la realidad, ser útil, salir de los libros para actuar en la sociedad. Esta idea es relevante y, como tal, se pretende recalcar mediante versos que se reiteran como: «La poesía es útil, soñaba Maiakovski», o  «grandes letras borrachas enunciando/ verdades como puños, puñetazos de verdad».  En esta parte también se nos revelan algunos aspectos del carácter del poeta futurista, como su vitalismo y violencia: «En los cafés, de madrugada, / gritaba, se encendía,/ y daba bofetadas por doquier». Sin embargo, la segunda parte vuelve al presente para contraponer la realidad actual a aquel sueño utópico, y para reflejar lo que nos queda del sueño de aquel gran poeta, que no son más que las frases lapidarias de la publicidad, como «la chispa de la vida» o «just do it».
El autor muestra un tono soñador e idealista en la primera parte que se opone al tono nostálgico, decepcionado de la segunda, para ofrecer una visión desilusionada y degradada de lo que sería el sueño del poeta ruso hecho realidad. A continuación, el poema:

Maiakovski soñaba con el día que la poesía
se imprimiese en las paredes de la gran ciudad.
Grandes letras borrachas enunciando verdades como puños,
puñetazos de verdad exaltando a transeúntes dormidos;
poniendo una coraza a los mendigos,
a los enamorados, susurrándoles lo que sentían sin saber decirlo,
ofreciéndole aliento a los enfermos,
golpes de luz solar en el cerebro nocturno de los ciegos,
boca a boca que salva a una bañista rescatada de las aguas del tedio.
La poesía es útil soñaba Maiakovski.
Y luego se apuntó en la sien,
y por un agujero del bolsillo se derramó el minuto que quedaba.
Y esto es lo que queda de aquel sueño,
versos fundamentales de esta época gritando en las paredes:
La chispa de la vida,
Just do it,
Impossible is nothing
¿Te gusta conducir?
Hay cosas que el dinero no puede comprar. 

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