lunes, 13 de octubre de 2014

«Mujeres», en Un velero bergantín,de Luis García Montero

Nos encontramos ante un poema que establece una estrecha relación con la publicidad y cuyo autor, Luis García Montero, guía su propia interpretación y explica a continuación la idea que quiere transmitir. El poeta describe una situación común para casi cualquier persona, que es el viaje en un autobús por un suburbio de la ciudad. Añade realismo a la escena para reproducir más fielmente la atmósfera matutina de la ciudad y para ello el autor utiliza una personificación («ciudad que no ha entrado todavía en calor»).  Para transmitir su idea principal, el poeta crea una imagen en la mente del lector: las mujeres que esperan en la marquesina se levantan para subirse al autobús, y de este modo dejan a descubierto los carteles publicitarios que retratan a las perfectas modelos, posando en lencería. De este modo, vemos cómo se produce el contraste entre las mujeres reales y los estereotipos publicitarios.
Por otro lado, sabemos que Luis García Montero es un poeta realista pues él mismo afirma que la situación que ha referido es real, y él mismo da su interpretación. García Montero explica su forma de crear un poema: unas veces tiene una idea y busca su encarnación en una escena, otras veces encuentra primero una escena que le sugiere ideas. Sin embargo, a pesar de que en su poema predomina el realismo, la escena inicial de las mujeres no es del todo verosímil, pues es poco casual que todas las personas que había allí fueran mujeres. Además de esto, bajo esta escena se esconde la preocupación del poeta, que básicamente es la falsedad que infunde la publicidad, y lo contrapone a  la literatura en este sentido, pues la literatura ya se presenta como ficción. Sin embargo, esto podemos extenderlo a la publicidad, pues esta ya se presenta como tal, de manera que no es un engaño. Si bien podemos discrepar en algunas ideas con el autor, seguramente estaremos de acuerdo en que la publicidad sí crea falsos estereotipos perjudiciales, sobre todo, para las mujeres y la concepción sobre sí mismas y su autoestima, pues la publicidad promueve una imagen femenina que apenas encaja con la realidad de la vida cotidiana.
A este poema, pues, subyace una crítica a la publicidad por crear una realidad virtual que no se identifica con los receptores de esa publicidad. Esta idea más general se concreta con el caso de las mujeres, a quienes ensalza por encima de la falsa belleza que se vende y a las que motiva para valorarse y no dejarse llevar por estereotipos engañosos. Esta crítica personal y relacionada con algo tan actual como los carteles publicitarios también se sirve de la tradición, pues Luis García Montero afirma que se inspiró en el poema «Albada» de Jaime Gil de Biedma.



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