
Por otro lado, sabemos que Luis García Montero es un poeta
realista pues él mismo afirma que la situación que ha referido es real, y él
mismo da su interpretación. García Montero explica su forma de crear un poema:
unas veces tiene una idea y busca su encarnación en una escena, otras veces encuentra
primero una escena que le sugiere ideas. Sin embargo, a pesar de que en su
poema predomina el realismo, la escena inicial de las mujeres no es del todo
verosímil, pues es poco casual que todas las personas que había allí fueran
mujeres. Además de esto, bajo esta escena se esconde la preocupación del poeta,
que básicamente es la falsedad que infunde la publicidad, y lo contrapone
a la literatura en este sentido, pues la
literatura ya se presenta como ficción. Sin embargo, esto podemos extenderlo a
la publicidad, pues esta ya se presenta como tal, de manera que no es un
engaño. Si bien podemos discrepar en algunas ideas con el autor, seguramente
estaremos de acuerdo en que la publicidad sí crea falsos estereotipos
perjudiciales, sobre todo, para las mujeres y la concepción sobre sí mismas y
su autoestima, pues la publicidad promueve una imagen femenina que apenas
encaja con la realidad de la vida cotidiana.
A este poema, pues, subyace una crítica a la publicidad por
crear una realidad virtual que no se identifica con los receptores de esa
publicidad. Esta idea más general se concreta con el caso de las mujeres, a
quienes ensalza por encima de la falsa belleza que se vende y a las que motiva
para valorarse y no dejarse llevar por estereotipos engañosos. Esta crítica
personal y relacionada con algo tan actual como los carteles publicitarios
también se sirve de la tradición, pues Luis García Montero afirma que se
inspiró en el poema «Albada» de Jaime Gil de Biedma.
Muy bien, pero hay que evitar repeticiones, como la de "pues".
ResponderEliminarJLGM