El anuncio equipara al reloj con el coche. Sin embargo, por el contenido del texto, podríamos pensar que la publicidad no sería muy eficiente, pues parece que evoca cosas negativas. Sin embargo, en realidad está comparando el reloj y el coche, dos símbolos de estatus para un hombre, para quien estaría dirigido el artículo, principalmente. Además, el anuncio parte de la base de que aquellos interesados en la compra del coche no repararán en la posible connotación negativa del texto de Julio Cortázar, sino que simplemente se reconocerán en las acciones del conductor del coche. En definitiva, y a pesar del ambiguo sentido del texto, este anuncio es eficaz en cuanto a su objetivo: destaca la especial relación que puede llegar a tener una persona con su coche, y también es una pequeña obra de arte, que resulta de unir la literatura de Julio Cortázar con una especie de corto lleno de sutiles detalles.
viernes, 14 de noviembre de 2014
¿Quién posee a quien?
En un original anuncio de la marca automovilística Seat tenemos la muestra de cómo la literatura inspira a la publicidad. Es un anuncio sorprendente, similar a una 'road movie', en la que una voz en off recita 'Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj', de Historia de cronopios y de famas . Pronto nos damos cuenta de que no es la voz de un locutor, pues tiene un acento especial y unos rasgos singulares que nos hace identificar la voz con la del propio autor del texto recitado, Julio Cortázar. Anunciar el producto con un texto de Cortázar ya da un cierto halo de distinción al anuncio, pero el hecho de que sea la voz del propio escritor la que aparece aporta un matiz de prestigio indudable.
El anuncio equipara al reloj con el coche. Sin embargo, por el contenido del texto, podríamos pensar que la publicidad no sería muy eficiente, pues parece que evoca cosas negativas. Sin embargo, en realidad está comparando el reloj y el coche, dos símbolos de estatus para un hombre, para quien estaría dirigido el artículo, principalmente. Además, el anuncio parte de la base de que aquellos interesados en la compra del coche no repararán en la posible connotación negativa del texto de Julio Cortázar, sino que simplemente se reconocerán en las acciones del conductor del coche. En definitiva, y a pesar del ambiguo sentido del texto, este anuncio es eficaz en cuanto a su objetivo: destaca la especial relación que puede llegar a tener una persona con su coche, y también es una pequeña obra de arte, que resulta de unir la literatura de Julio Cortázar con una especie de corto lleno de sutiles detalles.
El anuncio equipara al reloj con el coche. Sin embargo, por el contenido del texto, podríamos pensar que la publicidad no sería muy eficiente, pues parece que evoca cosas negativas. Sin embargo, en realidad está comparando el reloj y el coche, dos símbolos de estatus para un hombre, para quien estaría dirigido el artículo, principalmente. Además, el anuncio parte de la base de que aquellos interesados en la compra del coche no repararán en la posible connotación negativa del texto de Julio Cortázar, sino que simplemente se reconocerán en las acciones del conductor del coche. En definitiva, y a pesar del ambiguo sentido del texto, este anuncio es eficaz en cuanto a su objetivo: destaca la especial relación que puede llegar a tener una persona con su coche, y también es una pequeña obra de arte, que resulta de unir la literatura de Julio Cortázar con una especie de corto lleno de sutiles detalles.
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