sábado, 8 de noviembre de 2014

Víctor Botas: poesía y publicidad

En aquella Bagdad de Las Mil y Una Noches
un rico mercader de luengas barbas
quizás te ofrecería
lentas ropas de púrpura o sedas temblorosas
tan frescas como el agua.
Pero esto no es Bagdad
ni tampoco nosotros un rico mercader
(has de fijarte: en Pigüi no tenemos
siquiera un mal mostacho
que llevar a la boca.
Así que solo moda
de esa «prêt-a-porter» podemos ofrecerte:
moda igual a la de
alguna que otra tienda—no son muchas—
de esta ciudad prosaica y burguesota.
(Bueno, igual del todo no:
lo nuestro—ya me entiendes—suele ser
un poquitín distinto.


Este poema de Víctor Botas aparece en un anuncio publicitario de una tienda de moda. Aunque en el anuncio aparece en prosa, al leerlo intuimos un ritmo que se identifica con los versos en que hemos dividido el poema. Desde el punto de vista literario, este poema alude a una colección de cuentos de la literatura oriental que evoca un mundo exótico y suntuoso. Utiliza epítetos (temblorosas, rico, lentas), adjetivos arcaicos (luengas) y la figura retórica de la personificación (lentas ropas). Cultiva el registro literario y el coloquial, e incluye juegos de palabras (luengas barbas/mostacho)  y un final anticlimático, entre paréntesis y poco rotundo, que llaman la atención del lector. Por esto, a partir de recursos literarios y de la originalidad y la innovación, se hace de un  buen poema un gran elemento publicitario, que además se complementa con la tipografía y el diseño del anuncio. 

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